Negociar la deuda o seguir el pleito

Dependiendo de cada caso en particular, será conveniente continuar el pleito hasta sentencia, o bien puede ser más prudente negociar con el demandante.

negociacion de deudas

¿Pleito o negociación?

Si tienes una deuda impagada con un banco, una financiera, un fondo buitre, una empresa de microcréditos, o con un prestamista particular, lo normal es que te la reclamen judicialmente si de forma amistosa no pueden cobrar.

Las reclamaciones judiciales suponen siempre mayores gastos para las dos partes.

Normalmente tendrán que utilizar los servicios de abogados y procuradores y otros profesionales para interponer las demandas, o defenderse de ellas.

Igualmente, si a la parte que pierde el juicio se la condena en costas, tendrá que pagar también los gastos de la parte ganadora.

Por eso, lo primero que hay que hacer, si tienes una deuda y te han demandado, es estudiar la demanda.

De este estudio se verá si es viable defenderte en el juzgado con un mínimo de garantías de ganar el pleito, o si por el contrario, es mejor llegar a un acuerdo con el acreedor.

Estudiar la demanda

En muchas ocasiones las deudas que se reclaman son defendibles, por diversas razones.

Si de la naturaleza de la deuda, de su antigüedad, de la prueba que presenten, etc., vemos que hay bastantes posibilidades de ganar el pleito y no tengas que pagar, nos inclinamos por dejar que continúe el procedimiento hasta el juicio.

Siempre con la cautela de saber que ningún caso está ganado o perdido hasta que no haya una sentencia firme.

También que las decisiones judiciales no son unánimes,

Y que en muchas ocasiones, llegan a ser totalmente contradictorias unas con otras.

Cuando vemos que el pleito no es sostenible, y el porcentaje de posibilidades de perderlo es alto, consideramos que lo inteligente y sensato es negociar.

¿Que gana el acreedor negociando tu deuda?

Para negociar no es necesario que el acreedor ya haya ido al juzgado. Se puede hacer desde el momento en que te reclame la deuda por primera vez.

Al acreedor le interesará SIEMPRE cobrar sin acudir al juzgado, y en muchas ocasiones acepta una rebaja de la deuda de la que se beneficia el deudor, por varias razones:

.- Consigue un ahorro de gastos en abogados, procuradores, y tasas judiciales.

.- Igualmente, ahorra tiempo para cobrar

.- Se ahorra la incertidumbre, porque no todos los casos se ganan en el juzgado.

.- Ahorro de costas, si finalmente pierde el pleito.

.- Posibilidad de no cobrar la deuda, en todo o en parte, si el juzgado la declara abusiva, prescrita, etc.

¿Que ganas tu negociando la deuda que te reclaman?

Al deudor, o sea, a tí, seguro que te interesará negociar si la deuda es reclamable, y finalmente vas a tener que pagar, por las razones que siguen:

.- Puedes ahorrarte posiblemente una parte importante de la deuda.

.- Ahorro de gastos en abogados y procuradores, si la deuda que te reclaman supera 2.000 euros.

.- Te ahorras los intereses moratorios.

.- Ganas el tiempo que te hacen perder los cobradores con sus llamadas amenazantes.

.- También te libras de la incertidumbre, porque tanto si tienes razón como si no la tienes, el que decide es el juez.

Y si pierdes, y la deuda no supera 3.000 euros, no hay apelación para ninguna de las partes.

.- Podrás ahorrarte las costas del contrario, si pierdes el pleito con condena en costas, que es lo habitual, si la demanda pasa de 2.000 euros.

.- Ahorro de las costas y de los intereses de la ejecución, si te condenan a pagar y no pagas.

.- En ese caso, ahorro de embargos de cuenta, de nómina, etc., con todo lo que supone.

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