Negociación y gestión de tus deudas
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Negociación deudas que están en vía judicial
La negociación de deudas que están en vía procesal es la única vía de escape si la defensa del pleito ES INVIABLE.
Esto ocurre cuando la demanda que se ha presentado por el acreedor tiene toda la apariencia de que va a ser estimada por el juez.
Y eso porque lo que se pide está justificado, no hay prescripción, no existen cláusulas abusivas, no hay intereses usurarios, ni comisiones improcedentes.
Además, la deuda se ha reclamado antes de iniciarse la vía judicial, y el demandante está legitimado para reclamar.
En estos casos, no tenemos herramientas legales ni argumentos para combatir la demanda.
Por ello, si seguimos la vía procesal, se perderá el pleito, el cliente vendrá obligado a pagar el principal, los intereses y las costas, además de nuestros honorarios.
Y negociar es la única salida que tienes si has llegado tarde AL ABOGADO Y LA DEUDA ESTÁ EN EJECUCIÓN.
Esto puede derivar de diversos motivos.
El más común es que cuando te llegó la demanda, no hiciste caso, no te defendiste y te condenaron.
Ahora te están embargando.
Pudiera ser que, pese a haberte defendido, te condenaron a pagar y no pagaste porque no tenías dinero.
Tampoco intentaste un acuerdo con el acreedor, o bien este no quiso aceptarlo.
Pues bien, en cualquiera de los dos casos, la única salida es negociar con el acreedor, tanto si el pleito se está tramitando cómo si ya finalizó y no pagaste.
Negociando tu deuda podemos conseguir llegar a acuerdos beneficiosos.
¿En que consiste el acuerdo cuando me reclaman en el juzgado?
Estando la deuda reclamada por el juzgado, tanto si el pleito está en curso, como si está en ejecución, puede llegarse a un acuerdo con el acreedor.
Esto se puede materializar en un buen descuento, lo que se llama una QUITA DE LA DEUDA, si tienes posibilidad de pagar de una vez.
Si te resulta imposible el abono total, negociamos un plan de pagos, para que pagues cómodamente y no te embarguen.
Esto también suele completarse con acordar no tener que pagar las costas y los intereses del pleito.
Cuando la reclamación del acreedor todavía no ha llegado al juzgado, una negociación formal con este es lo más aconsejable para evitar que finalmente te reclame por la vía judicial, y que tu deuda se incremente con intereses y gastos.
Pero ¡cuidado!, no se trata de negociar con cualquiera, sino con acreedores cuyas deudas tengan las mismas características que hemos descrito arriba.
Es decir, que sean deudas legítimas, justificadas, no abusivas, etc.
Eso excluye la negociación con financieras usurarias, que te dieron un préstamo mínimo y ahora te piden un dineral.
Con estas solo cabe negociar la devolución de la cantidad que te prestaron.
Y podrás pensar que estas gestiones las puedes hacer tu. ¿Para que te vas a a gastar dinero en abogados?
Pues bien, salvo que sepas mucho de estas cosas, y puedas hacerlo por ti mismo (nada lo impide), el abogado te va a dar SEGURIDAD.
Porque lo fundamental, aparte del ahorro o de la facilidad de pago, es amarrar todo para no llevarte sorpresas futuras.
Conocemos muchos casos de personas que han llegado a acuerdos verbales con los gestores de deuda.
Cuando han cumplido lo acordado, el acuerdo se lo lleva el viento, y siguen reclamándole.
También hemos tenido casos en que los gestores de cobro reclaman deudas que han sido anuladas por el juzgado.
Abogados expertos en negociaciones de deudas: ahorro, seguridad y tranquilidad
Nosotros somos abogados expertos en negociación y gestión de deudas, con bancos, financieras tradicionales, financieras usurarias y fondos buitre.
Hasta la fecha hemos logrado multitud de acuerdos con estas entidades en beneficio de nuestros clientes.
No solo les hemos ahorrado muchos miles de euros, sino que hemos conseguido paralizar los procesos de ejecución que conllevan embargos de cuentas, de sueldos y salarios, de inmuebles, de vehículos, etc.
Además, les hemos liberado de la incertidumbre de no saber que cantidad iban a tener que pagar finalmente, debido a la acumulación de intereses y costas de la ejecución.
Hemos conseguido acuerdos de pago fraccionado adaptando los pagos a la capacidad económica de nuestros clientes.
Por eso, nuestro trabajo negociando sus deudas ha servido para dar a nuestros clientes AHORRO, SEGURIDAD Y TRANQUILIDAD.
Empresas "quitadeudas" y otros especímenes
Habida cuenta de que el campo es ancho, y no se le pueden poner puertas, surgen por todas partes individuos muy listos que vienen a «ayudarte» a librarte de tus deudas.
Aprovechando que gran parte de la población está endeudada, y muchas veces los ingresos no llegan para pagar, estos sujetos vienen con soluciones casi milagrosas.
Nos referimos a aquellas empresas que se autodenominan «gestores de deuda» o «quita-deudas», que prometen cosas de difícil o imposible cumplimiento.
Ojo: no nos referimos a aquellos despachos dedicados a gestionar procedimientos concursales, conocidos como Ley de Segunda Oportunidad, porque esa es otra historia, legal y lícita.
De hecho, nosotros también ofrecemos este servicio a nuestros clientes.
Algunas empresas «quita-deudas» pactan con los clientes que estos les paguen a ellos, ingresando cuotas mensuales.
A cambio, ellos «negociaran» con los acreedores para rebajar las cantidades a pagar, o establecer calendarios de pago.
Su supuesta ventaja es que los clientes no pagarán más intereses, ni serán molestados por los cobradores, ni serán demandados en los juzgados.
Es cierto que algunas son fiables, están dirigidas por abogados y son gente seria, pero otras son chiringuitos montados por cuatro espabilados, sin formación ni conocimiento, pero con mucha cara dura.
¿Pondrías tu dinero en manos de esta gente?
Hoy están aquí, detrás de una página web, pero mañana ¿quién sabe?
¿Cómo resolvemos tu deuda?
En los casos que nosotros negociamos, tu le pagas directamente al acreedor.
A nosotros solo nos pagas los honorarios que hayamos acordado.
Nosotros hablamos con los acreedores, regateamos, exponemos tu situación, vemos todas las posibilidades y llegamos a un acuerdo factible.
Si tu lo aceptas, se prepara toda la documentación precisa, y una vez firmada y verificada, tu le pagarás al acreedor, de una vez o fraccionadamente.
Cuando se haya liquidado todo, pediremos que nos remita un certificado de «deuda cero» para tu tranquilidad.
